Lo primero que tenemos que entender es quiénes somos y la gran desgracia de este siglo XXI es que la mayoría de los creyentes creen que son creyentes porque creen en Jesús, pero no están capacitados para hacer la obra que él les dijo.
Pensamos que servir a Dios es una carrera espiritual, de muchos seminarios, muchos cursos.
Creemos que primero tenemos que ser amorosos, buenitos, asistir a todas las reuniones y luego empezar a predicar.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”. Romanos 8:14
Si nosotros somos guiados por el Espíritu Santo y no por nuestras pasiones, intereses o cualquier cosa, la historia va a ser distinta.
No existe un curso para poder recibir el Espíritu Santo y sin el Espíritu Santo simplemente somos religiosos que hablamos del Señor.
¿Cuántas veces al día hablas con el Espíritu Santo? ¿Cuántas veces escuchas al Espíritu Santo? Tenemos al Espíritu Santo como nuestro salvador y Señor, tenemos la oportunidad y la obligación de escuchar Su guía.
No sean religiosos, sean soldados activos, para hacer, predicar, creer y enseñar la Palabra de Dios, acérquense a la comunión del Espíritu Santo.