En obediencia al mandato divino, varios hermanos tomaron la valiente decisión de someterse al bautismo, proclamando públicamente su amor y fidelidad a Dios. Nos regocijamos y damos toda la gloria a Dios por esta significativa victoria, celebrando la nueva vida espiritual que estos hermanos han encontrado en Cristo a través del sacramento del bautismo.
La ceremonia de bautismo no solo fue un acto de obediencia, sino también un testimonio vivo de la transformación que experimentan aquellos que han decidido seguir a Jesús. Cada inmersión en las aguas simbolizó la muerte al pecado y el surgimiento a una nueva vida en Cristo. Fue un momento de regocijo y comunión en la familia de Torre Fuerte Montero, donde la presencia y fidelidad de Dios fueron palpables.